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sábado, 30 de septiembre de 2017

Crossing the River Zbrucz

"Crossing the River Zbrucz"
by Isaac Babel [translated from the Russian by Peter Constantine]
USSR, 1926

Rereading Isaac Babel's two-page short story "Crossing the River Zbrucz"--like Zola's "noir" Thérèse Raquin, yet another Doom classic with a totally different vibe but a similarly vivid palette--was a great way to close out my reading month.  In between terse, war reporting-like writing about "the stench of yesterday's blood and slaughtered horses" and of innocents caught in the crossfire of the Polish-Soviet War, Babel's narrator seamlessly slips in lyrical appeals to the senses.  Item: "Fields of purple poppies are blossoming around us, a noon breeze is frolicking in the yellowing rye, virginal buckwheat is standing on the horizon like the wall of a faraway monastery."  Item: "The orange sun is rolling across the sky like a severed head, gentle light glimmers in the ravines among the clouds, the banners of the sunset are fluttering above our heads."  Item: "Only the moon, clasping its round, shining, carefree head in its blue hands, loiters beneath my window."  Then, before you can appreciate an abrupt transition is at hand, you're in a commandeered room with the narrator as he tells how "I find ransacked closets, torn pieces of women's fur coats on the floor, human excrement, and fragments of the holy Seder plate that the Jews use once a year for Passover."  Would that shit were the only thing to be found in that room visited by the dogs of war!

Source
"Crossing the River Zbrucz," the attention-grabbing leadoff tale in Babel's Red Cavalry collection, appears on pp. 203-204 of the Nathalie Babel-edited The Complete Works of Isaac Babel (New York: W.W. Norton & Company, 2001).  1,000+ more pages of Babel to look forward to, comrades!

miércoles, 27 de septiembre de 2017

Mientras la ciudad duerme. Pistoleros, policías y periodistas en Buenos Aires, 1920-1945


Mientras la ciudad duerme.  Pistoleros, policías y periodistas en Buenos Aires, 1920-1945 (Siglo Veintiuno Editores, 2012)
por Lila Caimari
Argentina, 2012

Un ensayo perspicaz y bastante jugoso sobre la Buenos Aires de los años veinte y treinta desde la perspectiva del "gremio ladronesco" del crimen (40).  Caimari, investigadora del CONICET y historiadora y docente de la Universidad de San Andrés de Bs. As., mantiene que el aumento de los delitos violentos en la capital, frente a "la comparativa moderación estadística...de delitos tradicionales" y/o no violentos en ese período de tiempo, servió para confirmar la certeza pública "de una calle cada vez más insegura" a través de unos "golpes de potencia estimulante y evocativa absolutamente novedosa" llevados por la difusión del automóvil, del revólver y otras herramientas modernas (31).  La proliferación de la pistola automática y, más tarde, la ametralladora entre criminales criollos como el Pibe Cabeza, Chicho Grande o --mi apodo favorito-- un tal Mate Cocido, por ejemplo, fue vista por porteños obedientes a las leyes como algo relacionado con la importación de bienes y valores extranjeros como se puede ver en esta editorial extraña publicada en La Nación: "Las leyendas de la edad primitiva hacían intervenir a los dioses para crear la espada, la creación del revólver parece obra de un norteamericano que tiene prisa" (53).  En otra parte, Caimari señala un cambio en el estilo de reportaje sobre el crimen, notando que "en la medida en que se interesa más en el espectáculo del delito que en su verdad"  --o en la presentación de "sucesos de cinematográficos aspectos"-- "la narración fotográfica de la prensa" se convirtió en "una suerte de 'alcaponización'...del transgresor local" en el que "este transgresor preocupa menos que su performance" en cuanto a "la nueva fabricación de celebridad" del "pistolero-estrella" (63-64 & 74-75).  Un libro interesante, lleno de citas de Arlt y Borges, que incluye algunas reflexiones sumamente irónicas sobre la nostalgia de un bajo fondo antiguo en Buenos Aires y en otros lugares de hoy: "Cuenta el bandoneonista José Libertella", escribe Caimari, "que para publicitar su espectáculo en París, en 1981, Le Monde lo describía como un espectáculo de 'treinta y tres artistas del bajo fondo de Buenos Aires'" (157).  Pues, ¡que viva el bajo fondo!

Lila Caimari

domingo, 17 de septiembre de 2017

Thérèse Raquin

Thérèse Raquin (Gallimard, 2011)
by Émile Zola
France, 1867

Its über well known adultery-and-murder plotline notwithstanding, I naively read Thérèse Raquin expecting some sort of a pro forma workout on the nature of female desire but never expecting to thumb through the insalubrious pages of one of the doomiest of 19th century doom novels.  Silly me! Way weirder than expected roman classique, ze weirdness coming fast and furious once Laurent, who has just drowned his friend Camille in the Seine in order to make it easier for the murderer to bed down the fetching desperate housewife/willing accomplice to murder/brand new widow Thérèse, begins frequenting the Paris morgue to see if the dead man's body has finally been fished out of the drink.  Much page-turning luridness ensues.  Much, much page-turning luridness ensues.  Within the gruesome morgue chapter alone, for example, Zola treats us to the startling spectacle of decomposing bodies rotting before the reader's eyes and to the maybe even more sensational depiction of roving bands of twelve to fifteen year old boys who, stopping only in front of the female cadavers, make all sorts of crude remarks about the sex appeal of the dead women behind the display windows.  Having "learned vice at the school of death" ["ils apprenaient le vice à l'école de la mort"], it turns out, "c'est à la Morgue que les jeunes voyous ont leur première maîtresse" ["it's at the morgue where the young thugs have their first mistress"] (128).  Elsewhere, Zola is equally as in your face a purveyor of the prose poetry of revolt when describing how the aftereffects of their crime torment the murderous newlyweds on their eventual wedding night ("Thérèse et Lauren retrouvaient la senteur froide et humide du noyé dans l'air chaud qu'ils respiraient; ils se se disaient qu'un cadavre était là, près d'eux" ["Thérèse and Laurent recognized the cold and damp odor of the drowned man in the warm air that they were breathing; they told each other that a corpse was there in their midst"]) (189) and beyond ("Lorsque les deux meurtriers étaient allongés sous le même drap, et qu'ils fermaient les yeux, ils croyaient sentir le corps humide de leur victime, couché au milieu du lit, qui leur glaçait la chair" ["When the two murderers were stretched out under the same sheet with their eyes shut, they believed they could feel the damp body of their victim, prone in the middle of the bed, making their skin crawl"]) (205).  All this, a copious amount of hallucinatory overkill + a certain scratch and sniff dimension to the prose (cf. human remains likened to "greenish, eel-like" flesh ["pareil à un lambeau verdâtre"] or a room described as sporting "une fade senteur de cimetière" ["a faint whiff of cemetery"]) (205 & 218) leave me no choice but to marvel--Zola, what a sick puppy!

Émile Zola (1840-1902)

lunes, 11 de septiembre de 2017

Juan Moreira

Juan Moreira (Perfil Libros, 1999)
por Eduardo Gutiérrez
Argentina, 1879-1880

El gaucho Juan Moreira, un paisano de carne y hueso (?-1874) convertido en un héroe de la cultura popular argentina decimonónica, será la primera estrella del reparto de "Entre Andreiev y Arlt": la literatura argentina (y francesa y rusa) de la pesada ser el centro de atención en el evento de este año.  Aunque el libro de Gutiérrez --originalmente difundido por folletines-- es básicamente bastante bueno a pesar de algunos defectos importantes, es super interesante en ciertos sentidos.  Me encantó, por ejemplo, el lenguaje de la obra.  Gutiérrez hace un dibujo de un mundo violentísimo en el que una daga brilla "como un relámpago de muerte" (95) y el cabello negro del protagonista ondula de tal manera que "parecía el estandarte de la muerte" (169), pero a la vez el sol se describe como "el poncho de los pobres" (38, 44 & 209) y el lector se topa con un pulpero que es "más amable que un peluquero francés" (118).  ¡Genial!  También me gustó la atención de Gutiérrez, un periodista en aquel entonces, a los problemas de género porque aunque su "crónica" sobre la vida y muerte de Moreira sea demasiado hagiográfica, ya se pueden encontrar guiños "modernos" como la página donde el narrador declara que "no hacemos novelas" un párrafo antes de decir que "Moreira fue un tipo tan novelesco" (99).  En cuanto a los temas de la obra y específicamente en cuanto a la dicotomía "civilización o barbarie" como debatida por Facundo y Martín Fierro, Juan Moreira también se destaca.  Más que sólo una serie de peleas con cuchillo contra varios maulas, el libro de Gutiérrez se trata de y apasionadamente defiende el gaucho contra la injusticia del estado.  "La gran causa de la inmensa criminalidad en la campaña", escribe el autor al principio, "está en nuestras autoridades excepcionales".  Añade que "el gaucho habitante de nuestra pampa tiene dos caminos forzosos para eligir: uno es el camino del crimen, por las razones que expondremos; otro es el camino de los cuerpos de línea, que le ofrece su puesto de carne de cañon" (11).  En su introducción a la obra, la crítica Josefina Ludmer señala que "el pasaje de la legalidad a la ilegalidad por una injusticia" sufrido por el protagonista llama la atención a un paralelo contemporaneo: "Juan Moreira no sólo encarna la violencia de la justicia popular, sino también la violencia del estado contra ella.  La muerte violenta de Moreira marca, cada vez que se la representa, el triunfo final e inexorable de la violencia estatal, y no de la violencia de la justicia popular" (xi & xiv).  En resumen, un libro de carácter escurridizo.  No está mal.

Eduardo Gutiérrez (1851-1889)

viernes, 1 de septiembre de 2017

"Entre Andreiev y Arlt": The 2017 Argentinean (& French & Russian) Literature(s) of Doom

Since there was no Argentinean Literature of Doom event to depress people with last year for the first time since 2012, I've decided--in my infinite wisdom--to wage a four-month version of the literary terror campaign this year to make up for lost time.  Hence, "Entre Andreiev y Arlt" ["From Andreyev to Arlt"]: The 2017 Argentinean (& French & Russian) Literature(s) of Doom now running through the end of December.  As past readers of the official Doom indoctrination communiqué may recall, "the ALoD was originally inspired by two great posts by Tom of Wuthering Expectations that you can read about here and here and was at least partly dedicated to testing Roberto Bolaño's thesis that a 'strain of doom' evident in post-Borges Argentinean belles-lettres was due to the noxious influence of one Osvaldo Lamborghini and his art terrorist pals and successors (César Aira, take a bow)."  While that original idea still intrigues me, I thought it might be kind of amusing to set up a circular firing squad this year and allow Frenchmen like Marcel Schwob and Russians like Leonid Andreyev to run amok alongside Argentinean doomsters like Roberto Arlt.  You're more than welcome to join me if you like--all you have to do to participate is to read and review at least one piece of fiction written by an Argentinean, a French or a Russian writer, read and review at least one nonfiction work on Argentina, France or Russia, or watch and review one film that falls under the same general criteria.  I'll post links to your reviews at the end of each month.  Note: I borrowed the "Entre Andreiev y Arlt" thing from critic Jorge Fornet, who uses it as the title of a heading in the first chapter of his book El escritor y la tradición.  Ricardo Piglia y la literatura argentina (Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2007).  The photo at the top of the post is of Italian anarchist turned much feared Argentinean public enemy Giovanni Di Severino, the subject of a newspaper piece by Roberto Arlt and a biography by Osvaldo Bayer that may both make it onto the Doom syllabus alongside Fornet's book if I don't lose focus.  Out.

Doomsters
Bellezza, Dolce Bellezza
Frances, Nonsuch Book 
JacquiWine, JacquiWine's Journal
Rise, in lieu of a field guide