Boquitas pintadas

Boquitas pintadas (Debolsillo, 2009)
por Manuel Puig
Argentina, 1969

"Todo lo que empieza como comedia acaba como tragedia".

(Roberto Bolaño, Los detectives salvajes)
 

Boquitas pintadas, la impresionante segunda novela de Manuel Puig, es una especie de homenaje y parodia de una telenovela cargada de muerte, una novela epistolar a la antigua, y un folletín que empieza como comedia y acaba como tragedia.  Según mi punto de vista más bien pesimista, es un valioso ejemplar de la llamada "literatura argentina de la pesada" de que habló Roberto Bolaño en Entre paréntesis.  Vamos a lo esencial.  Juan Carlos Etchepare, un mujeriego guapo sino tuberculoso, es el centro de atención dentro de la novela, dando besos y escupiendo sangre mientras que él corre tras las faldas en la Argentina de los 30 y de los 40.  No obstante, las noticias de su muerte a la edad de 29 años hacen estallar una reacción en cadena melodramática en cual sus ex amantes y sus íntimos amigos se convierten en las estrellas de sus propios hilos argumentales desdichados.  Historietas de amor.  Historietas de fracaso.  Historietas de amores fracasados.  Aunque la trayectoria emocional de la novela es más y más deprimente hasta el final, Puig proporciona un mecanismo de escape a los lectores con la vivacidad de su prosa.  Lo que sigue son tres ejemplos de la manera asombrosa de narrar de Puig en una novela que se destaca a causa de la riqueza de sus narradores y sus estilos narrativos.  En las páginas 116-119, hay una secuencia onírica que se relata a través de una lista de "Imágenes y palabras que pasaron por la mente de Juan Carlos mientras dormía".  En las páginas 130-131, un narrador sin nombre nos dice a) lo que hizo Nélida Enriqueta Fernández, la otrora novia de Juan Carlos, en el día 27 de enero de 1938, y b) comparte con nosotros las respuestas a las preguntas "¿Cuál era en ese momento su mayor deso?" y "¿Cuál era en ese momento su temor más grande?"; en las páginas 131-137, por medio de una repetición hábil que ocurre en varios momentos a lo largo de la novela, el narrador nos dice lo mismo acerca de Juan Carlos y cuatro otros personajes en los esbozos en miniatura sinópticos que siguen.  Por último, en las páginas 205-210, una mujer se confesa antes de un cura en una escena en cual lagunas dentro de frases y trucos de puntuación idiosincráticos llaman la atención al hecho de que sólo un lado del "diálogo" se escucha.  El punto de todo esto, en el evento que no esté claro todavía, es que Puig era un grosso en lo que refiere al estilo y a la estética.  Y además, pienso que Bolaño probablemente tomó prestado un par de peculiaridades estilísticas del tipo.



Heartbreak Tango (Dalkey Archive Press, 2010)

by Manuel Puig [translated from the Spanish by Suzanne Jill Levine]

Argentina, 1969

 

"Everything that begins as comedy ends as tragedy."

(Roberto Bolaño, The Savage Detectives)



Boquitas pintadas, the impressive second novel from Manuel Puig that's unfortunately only available in English under the cheesy moniker of Heartbreak Tango, is a sort of half-homage/half send-up of a death-laden soap opera, an old school epistolary novel, and a newspaper serial that begins as comedy and ends as tragedy.  From my rather pessimistic point of view, it's an all too worthy example of the so-called Argentinean literature of doom that Roberto Bolaño talks about in Between Parentheses.  Let's cut to the chase, though, shall we?  Juan Carlos Etchepare, a handsome womanizer suffering from an advanced stage of tuberculosis, is the nominal center of attention within the novel, exchanging kisses and coughing up blood while furiously chasing skirts in 1930s and 1940s Argentina.  However, the news of his death at the ripe old age of 29 sets off a melodramatic chain reaction of memories about the character in which his ex-lovers and other intimates become the stars of their own no less unhappy mini-dramas.  Love stories.  Stories about life's failures.  Stories about their failures in love.  Although the novel's emotional trajectory steadily gets more and more depressing until the very end, Puig manages to provide an escape valve of sorts for his readers via the sheer vitality of his prose.  Here are just three examples of how the guy racked up style points galore with me in a novel that offers up a kitchen sink's worth of narrators and narrative formats.  On pages 116-119,* there's a dream sequence conveyed through a list under the heading "Imágenes y palabras que pasaron por la mente de Juan Carlos mientras dormía" ["Images and Words That Passed through Juan Carlos' Mind While He Was Sleeping"].  On pages 130-131, an unnamed narrator tells us a) what Nélida Enriqueta Fernández, the one-time girlfriend of Juan Carlos, did on the day of January 27, 1938, and b) shares the answer to the questions "¿Cuál era en ese momento su mayor deseo?" ["What was her greatest wish at that moment in time?"] and "¿Cuál era en ese momento su temor más grande?" ["What was her greatest fear at that moment in time?"]; on pages 131-137, through a clever repetition pattern used at various points throughout the novel, the narrator tells us the same thing about Juan Carlos and four other characters in the ensuing synoptic vignettes.  Finally, on pages 205-210, a female character makes a confession to a priest in which lacunae within the sentences and idiosyncratic punctuation tricks I won't try to replicate here draw attention to the fact that only the woman's part in the "dialogue" is being transcribed.  The point, in case it's not yet clear, is that Puig was an arresting stylist with many tricks up his narrative sleeve.  What's more, I think that Bolaño probably picked up a couple of good tricks off the guy.

*All page references pertain to the Spanish language edition of the novel.



Manuel Puig (1932-1990)