por Silvina Ocampo
Argentina, 1948
Autobiografía de Irene es el segundo de cuatro volúmenes de cuentos reunidos en la colección Cuentos completos I, de Silvina Ocampo, publicada por Emecé Editores en 1999. Tengo muchas ganas de seguir el sendero Ocampo antes del fin del año con La furia, de 1959, y Las invitadas, de 1961, lo que no me dejaría mucho tiempo por la obra temprana Viaje olvidado, de 1937. ¿Alguién sabe si valga la pena de intentarla? En todo caso, Autobiografía de Irene me gustó mucho aunque tres de sus cinco cuentos no me impresionaran tanto. Había leido el famosísimo cuento que da título a la colección hace años, por supuesto, pero me encantó más que nunca durante esta relectura. Como un Ireneo Funes al revés saltando desde las páginas del cuento de Borges, Irene Andrade, la narradora de 25 años que es ya abatida por la vida, está afligida con una condición rara en que ella puede prever el futuro pero no puede acordarse del pasado (Irene/Ireno, ¿entendés?). A sabiendas de que sus recuerdos solo van a regresar a ella cuando la hora anticipada de su muerte la acerque, Irene aprovecha del día decisivo para meditar sobre cómo pronosticó (y estaba en luto por) la muerte de su padre con tres meses de anticipo, cómo presenció una pelea de cuchillos que ella supo que iba a acabar con una herida fatal, cómo miró los niños que pasaban bajo su balcón con las caras que les pertenecerían como adultos, e incluso cómo trató de evitar de enamorarse porque anticipó como la vida de su pretendiente futuro acabaría violentemente. ¿Los poderes de la claravidencia no tendrían sus recompensas? No, no es así en el mundo de Irene donde, una rosa de papel en la mano, perfumada con la tristeza, ella dice que era feliz antes de la muerte de su padre --"si es que existe la felicidad" (157). A sentirse culpable por o haber provocado o, al menos, no haber hecho lo suficiente para evitar la muerte de sus amados, Irene confesa conmovedoramente cómo en vano anhelaba "la muerte, única depositaria de mis recuerdos" (160). Una estructura narrativa circular (el cuento empieza con y acaba con las mismísimas palabras) y la llegada de una mujer desconocida (¿la doppelganger de la protagonista?) se complican las cosas: ¿ha muerto Irene al final o está la pobrecita encerrada en una especie de circuito cerrado metafísico sin fin con o sin su doble? Magistral. Si Autobiografía de Irene es claramente un cuento superior, ¿cómo debo evaluar el relato largo El impostor? ¿Hay una nota de supermagistral? Quizás el mejor (o al menos lo más jugoso) cuento que leí en 2013, El impostor tiene que ver con la visita de un tal Luis Maidana a la estancia Los Cisnes, ambiente gótico (en el mejor sentido) y lúgubre donde se encuentra con otro chico más o menos de la misma edad que se llama Armando Heredia, de quién se dice que es un mozo "medio loco" (98). Heredia y su visitante se hacen amigos, pero según el diario del narrador Maidana la amistad de los muchachos está acompañada por tal medida de sospecha y de malentendidos que al final el lector se preguntará quién es el loco de verdad. No quiero decir mucho más acerca del argumento por miedo de arruinar la historia para los demás, pero la relación entre los protagonistas es tan bien trazada en El impostor que lo leí dos veces en seguida para saborearlo de nuevo. Es un éxito de estilo y de adrenalina y de violencia anticipada, puntuado por declaraciones extrañamente llamativas como "no soñar es como estar muerto" (106), "los animales son los sueños de la naturaleza" (113), y "vagué por la estancia, con la sensación de ser un fantasma que vive entre fantasmas" (119). Muchachos, lo entiendo. Cuentazo.
Silvina Ocampo (1903-1993)
Fuente
Autobiografía de Irene aparece en las páginas 81-165 de los
Cuentos completos I de Silvina Ocampo (Buenos Aires: Emecé Editores, 1999).
Hola, Richard!
ResponderBorrarMe parece que tenés que leer igual el libro, así la conocés mejor, en su tempranidad. Seguramente será malísimo, pero bueno, es difícil ser excelente todo el tiempo.
¡Feliz año! Espero que te traiga buenos libros este...
Saludos
¡Hola Ever, y feliz año nuevo! Tu consejo me parece muy útil (y quizás verdadero en cuanto a eso juicio de "malísimo"), y me agrada en particular cómo "es difícil ser excelent todo el tiempo" me acuerda de un título poético de Antonio Tabucchi ("Se está haciendo cada vez más tarde"). Genial. Un abrazo.
BorrarRichard, esos dos cuentos, Autobiografía de Irene y El impostor están entre los que más me gustan de ella. El impostor me dejó la cabeza como un hervidero, imaginaba distitnas derivaciones, relatos paralelos. También me gustó muchísimo Diario de Porfiria Bernal, Ocampo tiene varios cuentos de niños algo perversos y ése es maravilloso. Saludos.
ResponderBorrarHola Vero, y gracias por recomendarme El diario de Porfiria Bernal. Voy a leerlo. Aunque había disfrutado de un puñal de cuentos de Ocampo antes del fin del 2013, es El impostor que me está haciendo querer conocer a su obra en más profundidad. Gracias por visitar. ¡Saludos!
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