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viernes, 1 de abril de 2016

París no se acaba nunca

París no se acaba nunca (Anagrama, 2010)
por Enrique Vila-Matas
España, 2003

"La ironía es la forma más alta de la sinceridad".

"París no se acaba nunca, pensé.  Y me demoré en la agradable recepción de la idea de que yo era el rey de París, un joven dios muy por encima de la gente vulgar, flagelo de los idiotas.  Y me acordé de Jacques Prévert, que decía que tenía un pie en la Rive Droite, otro en la Rive Gauche, y el tercero en los culos de los imbéciles".
(París no se acaba nunca, 47 & 221)

Una mirada burlona sobre el efecto Hemingway, la vida parisina de los setenta, y los días de aprendizaje literario de un tal Enrique Vila-Matas.  ¡Hilarante!  Además de ser un retrato autobiográfico entretenido, París no se acaba nunca ofrece muchas diversiones en cuanto a su estatus como un anécdotario de primera fila.  Según el narrador, el joven Vila-Matas, el inquilino de una "cochambrosa" buhardilla de Marguerite Duras en el año bohemio de 1974, trató de "llevar una vida de escritor como la que Hemingway relata en París era una fiesta" (12).  ¿Cómo era la experiencia para el joven?  Aunque Vila-Matas nos asegura que "fui allí muy pobre y muy infeliz", los altibajos que describe me hicieron reír como un loco: en un tal momento, por ejemplo, el español habla de su visita al Bois de Boulogne en la compañía de Marguerite Duras "para ver si era verdad que había allí por la noche prostitutas vestidas de primera comunión" (111), y en otro, él habla del almuerzo memorable cuando el art terrorist Copi "no dejó ni un solo segundo de compartarse como una rata" (181).  Copi, explica Vila-Matas con entusiasmo cien por ciento vilamatiano, "tenía gran tendencia a identificarse con los papeles que representaba y en aquellos días interpretaba todas las noches su obra Loretta Strong en un teatro de París.  En esa pieza teatral se contaba la historia de una rata a la que habían enviado al espacio y que, al desaparecer por accidente la humanidad entera, se había quedado sola en el universo y monologaba como una loca" (181).  ¿La moraleja de la historia para el escritor principiante en busca de su propio estilo para su primera novela, La asesina ilustrada?  "Su gloriosa conducta de rata fue la que aquel mediodía iba a abrirme definitivamente los ojos acerca de la ausencia de fronteras entre el teatro y la vida y también la que iba a descubrirme la inmensa capacidad que otras personas poseen para escribir peligrosamente, es decir, partiendo, ya desde el primer momento, de una situación límite que obliga al autor a no rebajar nunca la alta tensión con la que ha iniciado el drama.  ¿Sería capaz yo algún día de escribir partiendo de una situación límite, tal como hacía siempre mi admirado Copi?"  Encantador.


También vi de verdad al mismísimo Perec.  Fue a mediados de 1974, el año en que publicó Especies de espacios.  Le había visto en muchas fotografías, pero ese día, en una librería del boulevard Saint-Germain, le vi llegar a la presentación de un libro de Philippe Sollers y hacer cosas muy extrañas que ahora no vienen al caso.  Lo cierto es que durante un rato, impresionado de verle de verdad, le espié con gran atención, tanta que, en un momento determinado, tuve su cara a un palmo de la mía.  Perec observó esa anomalía --un extraño a un palmo de su perilla-- y reaccionó comentando en voz alta, como tratando de indicarme que me fuera con mi cara a otra parte: "El mundo es grande, joven".
(París no se acaba nunca, 39-40)

Never Any End to Paris (en inglés)

4 comentarios:

  1. Simpática la parte en la que va a visitar a Julio Ramón Ribeyro, este libro es mejor que el "original" de Hemingway!!

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    1. ¡De acuerdo, Pollo, de acuerdo! ¿Has leído el cuento La cena, de Augusto Monterroso, que trata de una reunión soñadad con Julio Ramón Ribeyro y Kafka entre otros? El tono de Vila-Matas en París es genialmente parecido. ¡Saludos!

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  2. Hola Richard: este libro si que tiene buena pinta porque me pasó con los otros que leí del Catalán que me resultaron empinados. Bah, solo leí Dublinesca y algo de Baterfly... es decir no leí casi nada.
    Me prendo con este libro como opción number one.
    Muy buena reseña ¡¡¡¡

    Nos leemos

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    1. Hola Mario. Este libro de Vila-Matas es muy pero muy divertido que es una lástima en un sentido porque lo compré hace cinco años o algo por el estilo. De todos modos, gracias por tu comentario y suerte con tu búsqueda del libro. Lo vas a gustar. ¡Saludos!

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