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sábado, 24 de julio de 2010

El testigo

El testigo (Anagrama, 2007)
por Juan Villoro
México, 2004

"No me veas así, pendejo, este país sólo tiene una división geográfica importante: los cárteles".
(El testigo, 221)

Aunque leí el Premio Herralde 2004 El testigo como mi primer libro para el Reto México 2010 de Sylvia, había querido leerlo desde que vi que fue considerado como el número 18 en la lista de Las mejores 100 novelas de la lengua española de los últimos 25 años según Semana.com (por supuesto, también tenía ganas de hacerlo porque sabía que Bolaño era hincha de Villoro).  Sin ir más lejos, yo diría que para mí era un libro muy bueno pero quizá no era un excelente libro.  Mientras que mi única queja de verdad es que Villoro a veces trataba de hacer demasiado con su argumento, la novela es una mezcolanza rica que se compone de una suerte de libro de viaje, una historia sentimental, y una trama novela narco entre otros ingredientes.  El protagonista, Julio Valdivieso, es un profesor potosino que regresa a México después de unos veinte años que ha pasado enseñando en el extranjero.  Al descubrir un nuevo país (al hablar de la política) y el mismo México de siempre (al hablar de las conexiones sentimentales con varios amigos y familares de su pasado), Julio gradualmente está metido en una crisis donde los recuerdos de un amor perdido, su afán por el poeta mexicano Ramón López Velarde, una telenovela que se prepara sobre la guerra cristera, y una serie de asesinos probablemente relacionadas con los narcotraficantes al margen de su círculo de socios todos tienen algo que decir sobre su futuro.  Porque sospecho que mi resumen en miniatura de la novela les va a impresionar muy poco, me gustaría aclarar que me gustó el sentido de humor de Villoro (una proeza dada que la novela es basicamente un estudio psicológico).  Julio vocifera injurias contra Supertramp en un párrafo entero al principio de la novela, por ejemplo, y ese grupo nefasto de castratti con timbre nasal sigue ser la cabeza de turco del personaje a través de las 470 páginas siempre que haya mala suerte.  ¡Muchas risas!  Al mismo tiempo, Villoro me impresionó con su alcance como un maestro de ambiente, atmósfera y diálogo.  Por eso quiero decir que ambos los contrastes entre las escenas urbanas en la D.F. y las escenas de campo en Los Cominos y el diálogo entre personas de estratos sociales distintos me parecieron fidedignos.  Adémas, el capítulo donde Julio recibe una paliza de un policía corrupto me recordó de Bolaño con respecto a su intensidad.  Aunque pienso que Villoro faltaba un poquitín de sutileza en lo que se refiere al estatus de Julio como un testigo a todos los cambios en México durante los últimos 25 años, ya puedo entender cómo algunos podrían opinar que ésta sea la gran novela mexicana de esta década.  De hecho, me gustaría leer más de Villoro dentro de poco. 
*
El testigo (Anagrama, 2007)
by Juan Villoro
Mexico, 2004

"Don't look at me like that, pendejo, this country only has one important geographical division: the drug cartels."
(El testigo, 221, my translation)

Although I read the 2004 Premio Herralde winner El testigo [The Witness, sadly not yet translated into English] as my first book for Sylvia's Mexico 2010 Reading Challenge, I'd wanted to read it ever since I saw it was ranked #18 on Semana.com's list of "The 100 Best Spanish-Language Novels of the Last 25 Years" here (of course, it didn't hurt that I knew that Bolaño had been a fan of Villoro's as well).  Without getting into all the details just yet, I'd say that this was a very good but perhaps not a great book in my estimation.  While my main complaint is the somewhat nitpicky one that Villoro occasionally tried to cover too much ground with his plot, the novel's a rich hodgepodge of intersecting plotlines in which a sort of emotional-psychological travel journal, a love story, and elements of a narco-novel combine to form some of the main ingredients.  The protagonist, Julio Valdivieso, is a professor from San Luis Potosí state in central Mexico who returns to the country after an absence of some twenty-odd years spent teaching abroad.  Upon discovering a new country (politically-speaking) and the same old Mexico as always (in terms of his sentimental connections with various friends and family members from his past), Julio gradually becomes mixed up in a crisis where the memories of an old love affair that still haunts him, his fondness for the Mexican poet Ramón López Velarde, a soap opera in the making based on the Cristero War, and a series of killings probably involving narcotraffickers on the fringes of his social circle all will have something to say about his future.  Since I suspect that this rapid fire summary of the novel probably wouldn't draw many new readers to it even if it were available in translation, I'd like to make it clear that I really, really enjoyed Villoro's sense of humor here (no mean feat in what's at heart a reflective, psychological study).  Julio goes on a paragraph-long rant against the group Supertramp early on in the novel, for example, and that horrible band of nasally castratti come up as targets again and again throughout the 470 pages whenever the character faces a new round of adversity.  Just cracked me up.  At the same time, Villoro also impressed me with his range as a master of mood, setting, and dialogue.  Both the contrasts between the urban scenes in Mexico City and the country scenes at Los Cominos and the dialogue involving people from various social strata felt believable to me, and the part of the novel where Julio gets beat up by a dirty cop was Bolaño-like in intensity.  So while Villoro might have laid it on just a little too thick for me in regards to Julio's status as a witness to the sweeping changes in Mexico over the last 25 years, there's enough cool stuff going on with his El testigo that I can understand why some might view this as the Great Mexican Novel of the present decade.  If everything works out, I intend to read more by the guy before too long.

Juan Villoro

Hay cosas que se detestan y otras que es posible aprender a odiar.  Supertramp llegó a su vida como un caso más de rock basura, pero esa molestia menor encontró una refinada manera de superarse.  El destino, ese croupier bipolar, convirtió las voces de esos castratti industriales en un imborrable símbolo de lo peor que había, no en el mundo, sino en Julio Valdivieso.  Había educado su rencor en esa musica, sin alivio posible.  Olía a caldo de poro y papa, el caldo que bebío en la cafetería de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa, el día en que Supertramp dejó de ser un simple grupo infame con sinusitis crónica para representar la fisura que él llevaba dentro, una versión moral de la sopa de poro y papa o del cáncer de hígado o alguna otra enfermedad que el destino tuviera reservada para vencerlo.
(El testigo, 19)
*
There are some things you hate and other things it's possible for you to learn to hate.  Supertramp came into his life as just one more example of rock garbage, but that minor annoyance found a refined way to go beyond all that.  Fate, that bipolar croupier, converted the voices of those industrial castratti into a symbol of the worst there was, not in the world but in Julio Valdivieso.  He had forged his resentment in that music, with no relief possible.  It reeked of potato and leek soup, the soup that he slurped at the Iztapalapa campus of the Universidad Autónoma Metropolitana the day in which Supertramp stopped being merely an odious group with chronic sinusitis and became a stand-in for the fissure he carried within himself, a moral version of the potato and leek soup or liver cancer or whatever other illness fate had in store to conquer him.
(El testigo, 19, my translation)

11 comentarios:

  1. I wonder when the translation of this is coming out. I figure Chris Andrews will translate since he has published excerpts of it. I recently read Soldiers of Salamis by Javier Cercas which is also on the Semana list. That list is a goldmine.

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  2. I don't think an overly ambitious sweep is a nitpicky detail at all - it's definitely one of the things that makes me leery of epics & novels that are too "encyclopedic" in tone, in that I worry the narrative will be stretched too thin. That detail about Supertramp is hilarious, though, & makes me think Villoro has at least a sense about compelling details to include from a psychological perspective. Will keep an eye out for El testigo's appearance in English!

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  3. Hola, Richard!
    De Villoro leí solo un libro de cuentos, que me encantó. Vi que en la lista del reto figura El arte de la Fuga, de Pitol. ¡Qué librazo! Si te topás con él, con cualquiera de Pitol, vale la pena.
    Un abrazo

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  4. Pasé un tiempo buscando esta novela. Cuando la hallé no quería comprarla, la tenía en .doc y podía ehcarle una miradita cuando quería. Compré un libro de cuentos de Villoro.No me entusiasmó demasiado. Ahora me despertaste la curiosidad.
    Pd: supertramp tiene algunos temas buenos


    saludos Richard

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  5. ¡Hola Richard!
    De Villoro leí Dios es redondo (crónicas futbolísticas), Safari accidental (crónica: "el ornitorrinco de la prosa") y El testigo. A ver si me inicio con sus cuentos.
    De más está decirte que el mexicano escribe fenomenal.
    Saludos,
    R.

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  6. *Rise: I saw that Chris Andrews had translated a chapter from El testigo, so it'd be nice to think that a full translation of it might be in the works. In any event, it's a novel that deserves a wider audience for sure. The Semana list and Soldiers of Salamis are both goldmines--don't think I've read a dud off that list yet!

    *Emily: Thanks for looking at my "nitpicky" remark in that way--had felt slighty guilty for taking Villoro to task for being overly ambitious when ambition is a good thing in a writer as otherwise talented as he. And yeah, Villoro is a king--or at least a prince--of the compelling details judging by all the passages of his I marked (Supertramp and non-Supertramp). He's got a great, often funny eye for observation, part of why I liked El testigo way more than the Bolaño and Dostoevsky novels I read this month!

    *Ever: ¡Hola! De Villoro, quiero seguir con unos cuentos suyos o con sus ensayos (lo vi uno sobre Roberto Arlt hoy en la biblioteca). Un escritor interesante sin alguna duda. Y qué buenas noticias me traes sobre esa obra de Sergio Pitol. Tenía una deuda con él, pero ahora intentaré leerlo más pronto de lo que estaba pensando. Gracias por la sugerencia. ¡Saludos!

    *Mario: ¡Hola! No pude encontrar un ejemplar de El testigo en una librería en este rincón de los EE.UU, pero lo encontré en una librería porteña en la Av. Corrientes durante las vacaciones. ¿Qué irónico, no? De todos modos, me gustó mucho y espero que lo desfrutes cuando toca a ti. ¡Saludos! PD: Lo siento, pero como el personaje de Villoro, yo también odio a Supertramp, mi amigo.

    *R.: ¡Hola a ti también! Tengo entendido que las crónicas de Villoro son una fuerte suya, pues gracias por acordarme de esos títulos. Entre tus sugerencias y las de Ever, pienso que mi sílabus mexicano de agosto puede comenzar sin ningún problema ahora, je je je. ¡Saludos!

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  7. Richard! Karega crashed my L.A. Candy review! This is all your fault!

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  8. No lo he leído, Richard (no he leído a Villoro), pero me acabas de despertar el interés en él, gracias.
    ¡¡Saludos!!

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  9. *E.L. Fay: I saw that. I imagine [the horrible book that can't be named] was probably worse than K Lav after all. You were right!

    *Andrómeda: Esa novela me gustó mucho. Villoro escribe bien, por supuesto, y pienso que él tiene un don para el diálogo y la prosa en general. ¡Saludos!

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  10. Hola! Ya había leído a Villoro antes de comenzar con el testigo, y la verdad me gustaron mucho sus ensayos y alguno que otro cuento que alcancé a leer en internet. Sin embargo su novela “el testigo” me decepcionó mucho, la descripción intrascendente de algunos detalles de la trama o del contexto, así como la misma historia (nunca me la creí), derivaron en mi repudio total por la obra, realmente yo no creería que esta fuese “la novela mexicana de la década”, pero en fin, ésta solo es mi simple opinión, contraria a todo lo que le he escuchado a la critica. Ya será el tiempo el que dicte el veredicto final.

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  11. ¡Hola, Marco Antonio! Dado que me gustó El testigo, estoy encantado saber que tú, con tu "repudio total" por la obra, todavía pienses que los ensayos y algunos cuentos de Villoro valen la pena de leerlos. Desgraciadamente, la literatura mexicana moderna no es mi fuerte; por eso, es muy posible que hay mejores ejemplos de la novela mexicana de la década que la de Villoro (no lo dudaré). De todos modos, si tienes recomendaciones (o un blog que puedo visitar), favor de compartirmelos. Hasta entonces, muchas gracias por la visita. ¡Saludos!

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