por Eduardo Gutiérrez
Argentina, 1879-1880
El gaucho Juan Moreira, un paisano de carne y hueso (?-1874) convertido en un héroe de la cultura popular argentina decimonónica, será la primera estrella del reparto de "Entre Andreiev y Arlt": la literatura argentina (y francesa y rusa) de la pesada ser el centro de atención en el evento de este año. Aunque el libro de Gutiérrez --originalmente difundido por folletines-- es básicamente bastante bueno a pesar de algunos defectos importantes, es super interesante en ciertos sentidos. Me encantó, por ejemplo, el lenguaje de la obra. Gutiérrez hace un dibujo de un mundo violentísimo en el que una daga brilla "como un relámpago de muerte" (95) y el cabello negro del protagonista ondula de tal manera que "parecía el estandarte de la muerte" (169), pero a la vez el sol se describe como "el poncho de los pobres" (38, 44 & 209) y el lector se topa con un pulpero que es "más amable que un peluquero francés" (118). ¡Genial! También me gustó la atención de Gutiérrez, un periodista en aquel entonces, a los problemas de género porque aunque su "crónica" sobre la vida y muerte de Moreira sea demasiado hagiográfica, ya se pueden encontrar guiños "modernos" como la página donde el narrador declara que "no hacemos novelas" un párrafo antes de decir que "Moreira fue un tipo tan novelesco" (99). En cuanto a los temas de la obra y específicamente en cuanto a la dicotomía "civilización o barbarie" como debatida por Facundo y Martín Fierro, Juan Moreira también se destaca. Más que sólo una serie de peleas con cuchillo contra varios maulas, el libro de Gutiérrez se trata de y apasionadamente defiende el gaucho contra la injusticia del estado. "La gran causa de la inmensa criminalidad en la campaña", escribe el autor al principio, "está en nuestras autoridades excepcionales". Añade que "el gaucho habitante de nuestra pampa tiene dos caminos forzosos para eligir: uno es el camino del crimen, por las razones que expondremos; otro es el camino de los cuerpos de línea, que le ofrece su puesto de carne de cañon" (11). En su introducción a la obra, la crítica Josefina Ludmer señala que "el pasaje de la legalidad a la ilegalidad por una injusticia" sufrido por el protagonista llama la atención a un paralelo contemporaneo: "Juan Moreira no sólo encarna la violencia de la justicia popular, sino también la violencia del estado contra ella. La muerte violenta de Moreira marca, cada vez que se la representa, el triunfo final e inexorable de la violencia estatal, y no de la violencia de la justicia popular" (xi & xiv). En resumen, un libro de carácter escurridizo. No está mal.
Eduardo Gutiérrez (1851-1889)
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