martes, 30 de junio de 2009

2666: La parte de Amalfitano

apuntes fragmentarios

Hay un antropólogo cultural escocés, Victor Turner, que se hizo famoso en su especialidad con un libro que se llama The Ritual Process: Structure and Anti-Structure. A pesar del hecho de que este estudio es más "importante" que interesante (ojo: es sumamente pesado), lo menciono ahora porque pensaba en el trabajo mientras que estaba leyendo la segunda parte de 2666. En su capítulo sobre "Liminality and Communitas", Turner escribe acerca del concepto de "liminality" o lo que él describe como un estado de paso en medio de otro estado fijo (lo de estar al umbral de otra experiencia, por ejemplo, el espacio entre la vida y la muerte). Etcétera, etcétera, etcétera. La parte de Amalfitano, por su parte, sí parece tener muchos paralelos con los estados de transición profunda de Turner. Bolaño versa con los nexos entre la locura y el juicio sano, por supuesto, pero también llama la atención a las fronteras entre la razón y el azar (el Testamento geométrico de Rafael Dieste colgado al cordel de tendedero), la memoria y el olvido, y el presente y el pasado (la voz de ultratumba que visita a Amalfitano). Con la imagen espectacular de la ex mujer del profesor durmiendo en el cementerio en el País Vasco, esta parte del libro casi se puede leer como una carta de amor dirigida al estado liminal por excelencia: el espacio borroso entre la vida y la muerte.

Aunque el capítulo acaba con otra imagen provocadora (el pobre Amalfitano trata de despertarse de un mal sueño mientras que su vida se está conviertiendo en una pesadilla viva), es difícil saber adónde el hilo narrativo se va. Incluso el estilo de contar la historia ha cambiado desde La parte de los críticos; digamos que en vez de un narrador juguetón con sus "títeres", la amenaza perpetua de violencia y la inestabilidad de los personajes nos hacen sentir que el destino tiene el mando de narrar pase lo que pase. Me encanta este desarrollo. Es más caótico, claro, pero la vida es así, ¿que no? También me gusta cómo la narración ha empezado revelarse como un espejo del órbito retrógrado de las planetas, haciendo unos pasos hacia adelante y otros hacia atrás en cuanto a los personajes involucrados. Eso dicho sea de paso, terminaré esta entrada sobre Amalfitano con un homenaje al mezcal Los Suicidas, la marca ficticia disfrutada por el maestro y el hijo del décano en La parte de Amalfitano y por otras almas perdidas en esta cita desde Los detectives salvajes de Bolaño (Anagrama: Barcelona, 1998, p. 180): "Ay, qué lástima que ya no hagan mezcal Los Suicidas, qué lástima que pase el tiempo, ¿verdad?, qué lástima que nos muramos y que nos hagamos viejos y que las cosas buenas se vayan alejando de nosotros al galope".
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There's a Scottish cultural anthropologist, Victor Turner, who became famous in his field of studies for a book called The Ritual Process: Structure and Anti-Structure. In spite of the fact that this work's more "important" than interesting (beware: it's extremely boring, in fact), I mention it now because I did think about it while reading part two of 2666. In his chapter on "Liminality and Communitas," Turner writes about the concept of liminality, or what he describes as a state of transition in between other states of being (for example, between life and death). Blah, blah, blah. The Part About Amalfitano, however, does seem to have many parallels with Turner's so-called states of profound transition. Bolaño deals with the nexus between madness and sanity, of course, but he also calls attention to the tenuous frontiers between reason and chance (Rafael Dieste's Geometrical Testament hung up on the clothesline), memory and forgetfulness, and the past and the present (the voice from beyond the grave that begins to haunt Amalfitano at night). With the spectacular image of the professor's ex-wife sleeping in the cemetery in the Basque country in Spain, this part of the book can also be read as a love letter directed to that liminal state par excellence: the blurred boundaries in the neverland between life and death.

Although the chapter ends with another provocative image (the beleagured Amalfitano trying to wake up from a bad dream when his life has already become a living nightmare), it's difficult to know where things will lead next. Even the storytelling style has changed since The Part About the Critics; instead of a playful narrator with his marionettes on a string, the reader is now confronted with a situation in which the constant threat of violence and the instability of the characters appears to have fate in charge of whatever comes next. I love this turn of events. It's more chaotic, sure, but life's like that anyway, isn't it? I also like how the narrative's begun to reveal itself as something akin to a planet's retrograde orbit, making some movement forward and other movement backward in regards to the characters involved. On that note, I'll end with a quick homage to Los Suicidas mezcal, the fictional brand enjoyed by the scholar and the dean's son in The Part About Amalfitano and by other lost souls in this quote from Bolaño's The Savage Detectives (Anagrama: Barcelona, 1998, p. 180 [my translation]): "Man, what a shame that they don't make Los Suicidas mezcal anymore. What a shame that time moves on, you know? What a shame that we're dying and growing old and that the good things in life are moving away from us at a gallop."

Estoy leyendo 2666 con otros blogueros como una especie de tertulia en línea: véase 2666: La parte de los críticos si quieren obtener más informacion sobre el grupo. Martín Cristal, del blog argentino El pez volador, también tiene una serie de entradas dedicada al libro.//I'm reading 2666 with other bloggers as a sort of an online reading group thing: see 2666: La parte de los críticos if you want more information on the group. Martín Cristal, of the Argentinean blog El pez volador, also has a series of posts dedicated to the book.

sábado, 27 de junio de 2009

La Fiesta del Chivo

La Fiesta del Chivo (Punto de Lectura, 2007)
por Mario Vargas Llosa
Perú, 2000

No sé por qué, pero nunca había leído un libro de Vargas Llosa antes de éste. Y aunque no soy muy aficionado a las novelas de ficción histórica, La Fiesta del Chivo superó a mis expectativas. En primer lugar, me encantó su arriesgada técnica narrativa. Al contar la historia de los últimos días del dictador dominicano Rafael Trujillo (apodado el Chivo) en al año sangriento de 1961, Vargas Llosa acepta el desafío de narrar un reconocido evento histórico desde tres puntos de vista simultáneamente: lo de Urania Cabral, hija del político destituido Doctor Cabral, lo del Chivo él mismo, y lo de los asesinos del tirano. Dada que la historia de Urania también tiene que ver con su regreso a la isla 35 años después de los otros eventos narrados, la narración ofrece un complicado juego temporal (una perspectiva "futura" sobrepuesta en una representación pormenorizada del aquel entonces) en cuanto al acercamiento ficticio a la muerte de Trujillo. Además de este esquema tripartito de narrar, el ambiente creó por Vargas Llosa es otra cosa que me gustó. Gracias a una caracterización rica y compleja (notáse que ambos los buenos y los malos acá son personajes de carne y hueso) y un argumento sumamente cautivante, el retrato de las dificultades y los horrores del régimen es extraordinariamente vivaz. De hecho, había muchas veces cuando, concluído un capítulo, me dije o "¡qué escena deprimente!" o "¡qué lectura impresionante!" A pesar de estas alabanzas mías, tengo que decirles que el último capítulo de la novela me pareció un poco excesivo en cuanto a la metáfora de una isla "violada" (sexual- y politícamente) por un Jefe monstruoso. Aunque esta falta de sutileza disminuyó el efecto final para mí, esto no es una queja grande y, por cierto, hay mucho más que se puede decir sobre otros toques geniales de Vargas Llosa que no he mencionado (por ejemplo, los apartes del narrador a la hora de la muerte de algunos de los personajes claves son momentos muy magistrales). En resumen, mejor tarde que nunca. Ojalá vengan otros encuentros novelísticas con el peruano dentro de poco. (http://www.puntodelectura.com/)

Mario Vargas Llosa

Otra opinión: Stefania, Books of Gold, Italia

viernes, 19 de junio de 2009

Death Comes for the Archbishop

Death Comes for the Archbishop (Vintage Classics, 1990)
by Willa Cather
USA, 1927

I haven't had to say this for a while, but I didn't actually care for this book all that much. While far from the worst thing I've read all year, Cather's overrated "classic" about the colonization of New Mexico after its annexation to the United States in 1848 never really clicked with me in any major way. Although I wound up being at least somewhat moved by the portrayal of the lasting friendship between the two French clerics at the heart of the novel, I wouldn't recommend Death Comes for the Archbishop on its storytelling merits alone (Kit Carson, Fray Junípero Serra, and Pope Gregory XVI cameos be damned). The plot is passable but told in a pedestrian manner, the characterization is fairly weak throughout (even the Archbishop himself, famously modeled on Santa Fe's real-life Archbishop Lamy, is more type than character up until the final chapter), and that whole panorama-of-an-era-in-upheaval thing isn't all that convincing compared to a real classic of historical fiction like Di Lampedusa's The Leopard. That being said, this still might be an OK read for anybody curious about the difficulties of missionary work in the 19th-century West, for people interested in learning about the conflicted perceptions of white settlers toward the Mexicans and Native Americans of the region when New Mexico began to be "civilized," and--last but not least--for critics with low standards. Pretty cover, though. (http://www.randomhouse.com/)

Willa Cather

For another blogger's take on this novel, please check out Emily's review from Evening All Afternoon.

viernes, 12 de junio de 2009

Operación Masacre

Operación Masacre (Ediciones de la Flor, 2008)
por Rodolfo Walsh
Argentina, 1957 y 1972

"Espero que no se me critique el creer en un libro --aunque sea escrito por mí-- cuando son tantos más los que creen en las metralletas". Operación Masacre, p. 195

En esta obra clásica del periodismo de investigación, Rodolfo Walsh cuenta la historia trágica de un grupo de argentinos que, erróneamente acusado de tomar parte en la sublevación del 9 de junio de 1956, enfrentó la muerte por pelotón de ejecución la mañana siguiente. Contra todas las leyes del país, estos hombres no recibieron un juicio por jurado. Para colmo de desgracias, la única culpa de la mayoría de los hombres fue de estar en el lugar equivocado a la hora equivocada. No tenían nada que ver con la rebelión. Milagrosamente, había siete sobrevivientes de la carnicería, cado uno con su propia historia. Casi inventando el género de la llamada "novela de no ficción" (notáse que A sangre fría de Truman Capote no sería publicado hasta nueve años más tarde), Walsh juega con la estructura de una novela policial al mismo tiempo que escribe con la energía de una novela de intrigas. El resultado es que su narración de los acontecimientos conlleva una inmediatez absorbente. Más que todo, Walsh arde con la cólera e indignación de uno que se siente traicionado por la injusticia y las mentiras de su propio gobierno, de uno que se siente movilizado para atestar la verdad sobre un crimen estatal contra el pueblo argentino. Aunque no es una obra con un final feliz, Operación Masacre ya refleja la valentía y la dignidad de un ser humano solitario frente a la cobardía y la barbarie de un gobierno entero. Por cierto, es un libro que merece su fama. (http://www.edicionesdelaflor.com.ar/)
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Operación Masacre [Operation: Massacre] (Ediciones de la Flor, 2008)
by Rodolfo Walsh
Argentina, 1957 & 1972

"I hope I'm not criticized for believing in a book--even one written by me--when there are so many more people out there who put their faith in machine guns." Operación Masacre, p. 195

In this classic work of investigative journalism, Rodolfo Walsh relates the tragic story of a group of Argentineans who, erroneously accused of taking part in an uprising against the government on the night of June 10, 1956, faced a death by firing squad early the following morning. Against all the laws of the land, the men failed to receive a trial by jury. To make matters worse, the only misdeed of the majority of the men involved was that of being found in the wrong place at the wrong time. They didn't have anything at all to do with the rebellion. Miraculously, there were seven survivors of the carnage, each one with his own story. Practically inventing the genre of the so-called "nonfiction novel" (note that Truman Capote's In Cold Blood wouldn't be published till nine years later), Walsh plays with the form of the detective novel at the same time as he captures all the energy of a conventional thriller. The result is a narrative that's completely gripping. Above all else, Walsh burns with the anger and indignation of someone who feels betrayed by the injustice and lies of his own government, of someone who finds himself driven to tell the truth about a crime of state perpetrated against the Argentinean people. Although it's not a work with a happy ending, Operación Masacre still reflects the bravery and dignity of a lone human being standing face to face against the cowardice and savagery of an entire government. By all means, it's a work that's certainly deserving of its reputation. (http://www.edicionesdelaflor.com.ar/)

Rodolfo Walsh

Rodolfo Walsh "desapareció" en 1977, la víctima de otra pandilla de tiranos argentinos. Un día antes de su muerte, había enviado una "Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar" a varios periódicos domésticos e internacionales, hablando en contra de la ilegitimidad de los militares./Rodolfo Walsh "disappeared" in 1977, the victim of another gang of Argentinean tyrants. The day before his death, he had sent a missive entitled "Open Letter from a Writer to the Military Junta" to various domestic and international newspapers, denouncing the illegitimacy of the military leaders' rule.

Epílogo: Victoria Ginzberg, "Jaque mate a los asesinos de Walsh"

jueves, 4 de junio de 2009

2666: La parte de los críticos

"La primera conversación telefónica, la que hizo Pelletier, empezó de manera difícil, aunque Espinoza esperaba esa llamada, como si a ambos les costara decirse lo que tarde o temprano iban a tener que decirse. Los veinte minutos iniciales tuvieron un tono trágico en donde la palabra destino se empleó diez veces y la palabra amistad veinticuatro. El nombre de Liz Norton se pronunció cincuenta veces, nueve de ellas en vano. La palabra París se dijo en siete ocasiones. Madrid, en ocho. La palabra amor se pronunció dos veces, una cada uno. La palabra horror se pronunció en seis ocasiones y la palabra felicidad en una (la empleó Espinoza). La palabra resolución se dijo en doce ocasiones. La palabra solipsismo en siete. La palabra eufemismo en diez. La palabra categoría, en singular y en plural, en nueve. La palabra estructuralismo en una (Pelletier). El término literatura norteamericana en tres. Las palabras cena y cenamos y desayuno y sándwich en diecinueve. La palabra ojos y manos y caballera en catorce. Después la conversación se hizo más fluida. Pelletier le contó un chiste en alemán a Espinoza y éste se rió. Espinoza le contó un chiste en alemán a Pelletier y éste también se rió. De hecho, ambos se reían envueltos en las ondas o lo que fuera que unía sus voces y sus oídos a través de los campos oscuros y del viento y de las nieves pirenaicas y ríos y carreterras solitarias y los respectivos e interminables suburbios que rodeaban París y Madrid". (2666, p. 61-62)

Dado que estoy leyendo todas las 1125 páginas de 2666 libro tras libro para un read-along organizado por las blogueras Claire de Kiss a Cloud y Steph de Steph and Tony Investigate!, pensé que si dejara el análisis profundo a los otros del grupo para concentrarme en la pura diversión pudiera ser entretenido. Por consiguiente, aquí se pueden encontrar las cinco cosas que más me gustaron desde "La parte de los críticos".
  • Mientras que "La parte de los críticos" trata de muchos temas oscuros y/o materia filosófica, también es sumamente divertido en cuanto a su punto de vista cuentístico. Un ejemplo genial viene en las primeras páginas del libro, cuando un narrador innominado nos presenta a los cuatro profesores cuya fascinación por las obras del enigmático escritor alemán Benno von Archimboldi va a afectar a sus destinos mutuos: "Aparte de Archimboldi una cosa tenían en común Morini, Pelletier y Espinoza. Los tres poseían una voluntad de hierro. En realidad, otra cosa más tenían en común, pero de esto hablaremos más tarde" (21). Fin de párrafo. El próximo empieza, "Liz Norton, por el contrario...", que además de dar datos biográficos funciona como una especie de broma dirigida al lector: porque se refiere al triángulo de amor (y más tarde, el "rectángulo de amor") entre los críticos de lo cuál todavía no se sabe nada.
  • Benno von Archimboldi. Aunque es fácil burlarse de los archimboldianos a causa de sus conflictos con otros críticos y su exagerado egotismo, tengo que decir que el personaje de Archimboldi me fascina a mí también. Quiero saber más de este tipo ahora mismo, y es muy difícil resistir la tentación de saltar por encima de los capítulos intermediarios para llegar al final. ¿Qué tiene que ver su historia con el tema del femicidio en Santa Teresa? ¿Es él un héroe, un carnicero u otro exiliado errante? De hecho, ¿qué sabemos de él en realidad? Si las pistas vínculadas a su vida son interesantes, también son fragmentarias. La descripción de su creciente fama "en las vastas ciudades que amaban la literatura oral o visual" (30) es notable; sin obstante, los lectores que conocen las novelas previas de Bolaño van a reconocer el hecho de que la narrativa en primera persona (Los detectives salvajes, Amuleto) y la influencia del arte moderno (Estrella Distante) no son elementos nuevos para el chileno.
  • Aunque el párrafo arriba sigue un episodio deprimente donde Norton se queja de su vago de un ex-marido, es una cumbre de la escritura para nuestro autor. Limitaré mis comentarios a lo siguiente. Primero, este es un ejemplo magnífico de la prosa "visceral" de Bolaño (estilo James Ellroy en cuanto a la adrenalina mezclado con una sensibilidad más poética). En segundo lugar, los abundantes detalles son una proeza total (alguien que no le gusta la riqueza de este autor no es de fiar). Como un relato completo hasta en los más pequeños detalles, este "reportaje" sobre una llamada telefónica es una parodia acertada de la forma de "realidad" falsa de la literatura en tercera persona. Notáse que la ironía se destaca aún más porque Norton ha declarado en el párrafo precedente que su ex-marido es un monstruo de "pura verbalización y nada de acción" (61). ¡Excelente resumen del pasaje bajo consideración! Para mí, esto es uno de muchos momentos donde Bolaño remueve el cuchillo en la llaga del "realismo" conformista. ¡Chévere!
  • El narrador, una vez más. Aunque la historia se narra en el antiguo estilo de tercera persona omnisciente, Bolaño llama la atención a la superficialidad de este truco con un guiño al lector. En la página 90, por ejemplo, leemos que Pelletier y Espinoza han hecho otra llamada sobre el asunto de Norton. No obstante, "No se sabe si fue Pelletier que llamó o si fue Espinoza". En otra parte, el narrador correge a Morini para una equivocación en cuanto al uso de las palabras "amorosa" y "primoroso" en una conversación (130). Si este tipo de juego cervantino en cuanto a la identidad del narrador es típico del lado bonachón del escritor, hace un fuerte contraste con la otra materia (como el retrato del cielo de Santa Teresa, al atardecer, como "una flor carnívora" [172]) de manera que es aún más inquietante y surrealista.
  • Justo antes del final del capítulo, Norton decide que es hora de terminar su relación con Espinoza y Pelletier. Les manda una carta desde Europa, y dice que ella y Morini se han enamorado. Esta carta, intercalada con la narrativa en tercera persona, hace hincapié en la fragmentación de la identidad autorial. Al mismo tiempo, Santa Teresa (trasunto de Ciudad Juárez) se convierte en un lugar más y más escalofriante. Con "La parte de los críticos" terminada y un nuevo capítulo dedicado al chileno melancólico Amalfitano pendiente, uno se pregunta cuando esta rarísima mezcla de humor y brutaliad va a ser sustituida por la brutaliad sóla. ¿Estás listo? (http://www.anagrama-ed.es/)


"The first conversation began awkwardly, although Espinoza had been expecting Pelletier's call, as if both men found it difficult to say what sooner or later they would have to say. The first twenty minutes were tragic in tone, with the word fate used ten times and the word friendship twenty-four times. Liz Norton's name was spoken fifty times, nine of them in vain. The word Paris was said seven times, Madrid, eight. The word love was spoken twice, once by each man. The word horror was spoken six times and the word happiness once (by Espinoza). The word solution was said twelve times. The word solipsism seven times. The word euphemism ten times. The word category, in the singular and the plural, nine times. The word structuralism once (Pelletier). The term American literature three times. The words dinner or eating or breakfast or sandwich nineteen times. The words eyes or hands or hair fourteen times. Then the conversation proceeded more smoothly. Pelletier told Espinoza a joke in German and Espinoza laughed, wrapped up in the waves or whatever it was that linked their voices across the dark fields and the wind and the snow of the Pyrenees and the rivers and the lonely roads and the separate and interminable suburbs surrounding Paris and Madrid." (2666, page unknown, this English translation alone credited to Natasha Wimmer)

Since I'm reading all 1125 pages of 2666 book by book as part of a read-along hosted by bloggers Claire of Kiss a Cloud and Steph of Steph and Tony Investigate!, I thought it might be fun to leave the heavy thinking to the others this time out and to concentrate on the pure fun stuff instead. With that in mind, here are five things I loved about "The Part About the Critics." Note: I don't have a copy of the English translation at hand except for the excerpt above, so you'll have to make do with my own feeble translation attempts here below.

  • While "The Part About the Critics" certainly explores a lot of dark themes and/or philosophical subject matter, it's also hysterically funny from a storytelling perspective. One of the clearest examples of this comes early on when the unnamed narrator innocently introduces us to the four academics whose future destinies will merge around their shared fascination with the mysterious German writer Benno von Archimboldi: "Aparte de Archimboldi una cosa tenían en común Morini, Pelletier y Espinoza. Los tres poseían una voluntad de hierro. En realidad, otra cosa más tenían en común, pero de esto hablaremos más tarde" (21) ["Apart from Archimboldi, Morini, Pelletier and Espinoza had one thing in common. They all possessed a will of iron. In reality, they had another thing in common as well, but we'll come back to this later"]. End of paragraph. The next one begins, "Liz Norton, por el contrario..." ["Liz Norton, on the other hand..."], combining more biographical details with a practical joke played on you since this is an allusion to the love triangle--and eventually "love rectangle"--between the critics that the reader has yet to learn about.
  • Benno von Archimboldi. Although it's easy to mock the archimboldianos' petty turf wars with rival critics and their occasionally supersized egos, I have to admit that the Archimboldi character fascinates me as much as it does them. I want to know more about this guy right now, and it's hard to resist the temptation to jump to the end of the book to find out how his story fits in with the Santa Teresa femicides. Is he a hero, a butcher or just another wandering exile? In fact, what do we really know about him? The clues are tantalizing but fragmentary. The one that descibes his work as beginning to have a particular appeal "en las vastas ciudades que amaban la literatura oral o visual" (30) ["in the vast cities where oral or visual literature was venerated"] is striking; fans of Bolaño's previous novels will no doubt note that first-person narratives (The Savage Detectives, Amulet) and art-damaged themes (Distant Star) are constants in his work.
  • Although that long paragraph up at the top follows a downer passage where Norton complains to Pelletier and Espinoza about what a lowlife her ex-husband is, it's a real show-stopper that would make a fine close reading candidate in college classes everywhere. I'll limit my comments to the following. First, this is a great example of Bolaño's visceral prose style that mixes James Ellroy's adrenalism with a more poetic sensibility. Secondly, the wealth of detail is a flat out tour de force of exposition (don't listen to those who say Bolaño provides too much detail). In its minutely-detailed, chronicle-like reporting of a simple phone call, it's obviously a great send-up of the sort of false "reality" we've learned to expect from traditional third-person prose narratives. However, it takes on added irony here since Norton had just gone on record declaring her husband a monster of "pura verbalización y nada de acción" (61) ["all talk and no action"]. Excellent description of the paragraph in question! I don't know about you, but for me this is one of just several moments in "The Part About the Critics" where Bolaño buries a steak knife deep between the shoulder blades of traditional "realism." Outstanding!
  • The narrator redux. While the narrative is largely told from the perspective that used to be described as third-person omniscient, Bolaño playfully draws attention to this conceit in a number of memorable ways. On page 90 of the Spanish edition, the reader learns that Pelletier and Espinoza have had another telephone conversation about Norton. However, "No se sabe si fue Pelletier quien llamó o si fue Espinoza" ["It's not known whether it was Pelletier or Espinoza who called"]. Elsewhere, the narrator corrects Morini for incorrectly using the word "amorosamente" [lovingly] instead of the word "primorosamente" [exquisitely] in a conversation. While this type of Cervantean gamesmanship in regard to the true identity of the narrator is typical of Bolaño's metafictional fun and games, it lends the dark side of his story (i.e. the reference to Santa Teresa's skyline at dusk as resembling "a carnivorous flower" [172]) a more disturbing surrealistic quality than it would otherwise have.
  • Just before the end of the chapter, Norton abruptly "breaks up" with Espinoza and Pelletier by sending them a Dear John letter from Europe saying that she and Morini are now involved. The way that the letter is intercalated with the third person narrative isn't showy at all; however, it does signal a fragmentation in terms of the "authorial" point of view that's totally in keeping with Santa Teresa's increasing creepiness as the double for the real life Ciudad Juárez. With "The Part About the Critics" effectively over and the part about the world-weary Chilean exile Amalfitano next in line, one wonders how long it will take for this commingling of humor and brutality to be replaced by brutality alone. Are you up to the task? (http://www.anagrama-ed.es/)

Roberto Bolaño