por Alejo Carpentier
Venezuela, 1949
ISBN 84-322-1653-4
"Todos sabían que la iguana verde, la mariposa nocturna, el perro desconocido, el alcatraz inverosímil, no eran sino simples disfraces. Dotado del poder de transformarse en animal de pezuña, en ave, pez o insecto, Mackandal visitaba continuamente las haciendas de la llanura para vigilar a sus fieles y saber si todavía confiaban en su regreso. De metamorfosis en metamorfosis, el manco estaba en todas partes, habiendo recobrado su integridad corpórea al vestir trajes de animales. Con alas un día, con agallas al otro, galopando o reptando, se había adueñado del curso de los ríos subterráneos, de las cavernas de la costa, de las copas de los árboles, y reinaba ya sobre la isla entera. Ahora, sus poderes eran ilimitados. Lo mismo podía cubrir una yegua que descansar en el frescor de un aljibe, posarse en las ramas ligeras de un aromo o colarse por el ojo de una cerradura. Los perros no le ladraban; mudaba de sombra según le conviniera. Por obra suya, una negra parió un niño con cara de jabalí. De noche salía aparecerse en los caminos bajo el pelo de un chivo negro con ascuas en los cuernos. Un día daría la señal del gran levantamiento, y los Señores de Allá, encabezados por Damballah, por el Amo de los Caminos y por Ogún de los Hierros, traerían el rayo y el trueno, para desencadenar el ciclón que completaría la obra de los hombres. En esa gran hora --decía Ti Noel-- la sangre de los blancos correría hasta los arroyos, donde los Loas, ebrios de júbilo, la beberían de bruces, hasta llenarse los pulmones". (Carpentier, p. 41)
Un ejemplo temprano de lo que el cubano Carpentier llamó "lo real maravilloso" y de lo que otros más tarde llamarían el realismo mágico, El reino de este mundo es un innegable clásico de la literatura hispanoamericana que todavía hechiza a los lectores. Aunque el protagonista del libro es un esclavo ficticio que se llama Ti Noel, otros "personajes" dentro de la novela son varios hombres y mujeres históricos relacionados con la revolución haitiana a principios del siglo XIX: los rebeldes Mackandal y Bouckman, el "rey negro" Henri Christophe, y la princesa Paulina Bonaparte entre otros. El resultado es una obra que finge imitar las reglas de la novela histórica al mismo tiempo que su autor introduce novedades en la manera de abordar su tema.
Al contar gran parte de la novela desde la perspectiva de los esclavos, Carpentier llama la atención al hecho de que hay una ruptura entre la cosmovisión de los africanos y la de los europeos. Interesantemente, no se trata simplemente de religión, del vudú de los negros contra el cristianismo de los blancos. En lugar de eso, Carpentier sugiere cómo las metamorfosis de Mackandal se pueden leer como dos acercamientos a la historia: en líneas generales, uno influido por el mundo de los espíritus y otro influido por las fuerzas de la razón. Su técnica narrativa emplea ambos acercamientos, describiendo lo real (multiples malos tratos por parte de los revolucionarios después de su victoria contra los blancos) y lo maravilloso (hombres que se convierten en animales, estatuas vivas, etc.) con igual destreza y verosimilitud dentro de la esquema de la novela. Dado el tema, quizás el extraordinario éxito del autor no debe sorprendernos. Como Carpentier nos pregunta en su prólogo (12): "¿Pero qué es la historia de América toda sino una crónica de lo real-maravilloso?"
- Carpentier, Alejo. El reino de este mundo. Barcelona: Seix Barral, 2005 [1949].(http://www.booket.com/)
Alejo Carpentier, el novelista como mago