por Graciliano Ramos [traducido del portugués por Ralph Edward Dimmick]
Brasil, 1938
Vidas secas, el conocido abanderado para el llamado movimiento de regionalismo brasileño antes de que João Guimarães Rosa se presentó y cambió de todo, es una obra sutil y engañosamente sencilla que cuenta la historia del recorrido largo y difícil de una familia humilde en el nordeste del país en busca de un refugio de la sequía y del hambre. Aunque los desgraciados lo encuentran, durante algún tiempo al menos, otra sequía sigue y la novela breve es muy dura en su totalidad. De hecho, Graciliano Ramos implacablemente pormenoriza las tragedias que la familia sufre día tras día (al principio, tienen que matar a su loro domesticado por falta de comida, y hacia al final, tienen que matar a su perra porque tienen miedo que el animal tenga el virus de la rabia; los personajes, llenos de remordimiento por estas dos muertes, están tan traumatizados por los eventos que los creen ser el equivalente del canibalismo y/o la matanza de un miembro de la familia) de manera que se ve que hay cierto parecido entre la vida precaria de la familia y la vida precaria de las bestias. Además, hay un tono amenazador a ciertas descripciones reiterativas (como la descripción de "la pila de piedras adonde tiraban los serpientes muertos" ["the rock pile where they threw dead snakes" en la traducción en inglés de Barren Lives que leí]) (49) que sugiere que la tierra es o un enemigo o un infierno a los pobres del sertón. En otras palabras, absolutamente nada que tiene que ver con la representación de color local o algo por el estilo. Si, a lo mejor, a un lector moderno el tema de la relación hombre-ambiente parece ser un poco anticuado después de (o en comparación con) El Llano en llamas, de Rulfo, ¿qué más puedo decir en cuanto al estilo de la escritura de Ramos? Un par de cosas. Primero, yo fui cogido por sorpresa a veces por la intensidad de la narración. Aunque la historia se narra en viñetas dedicadas a Fabiano, el padre, a Vitória, la madre, al hijo menor y al hijo mayor en su turno e incluso a la desdichada perra, el ritmo lento del argumento y la sencillez de la prosa tienen tendencia a calmarte hasta que algo emocionante pasa --la muerte de la perra, un símbolo de la inocencia, por ejemplo-- y te mata sin previo aviso. No estoy bromeando al decirte que la escena donde muere la perra va a atormentarme por mucho tiempo, y sin embargo, es de lo más sencillo, sin trucos algunos. En segundo lugar, la estructura cíclica de la obra --el sentido en el que uno se puede leer los capítulos como unidades independientes o como un conjunto de "cuentos" interconectados-- hace hincapié en otra verdad enteramente distinta: la disgracia y nuestros sueños rotos son cosas que pasan, y a veces --como la sequía y el hambre, o como un viaje largo y difícil hizo bajo un sol candente-- se repiten. ¿Es que todos somos prisioneros en una tierra desconocida o es que sólo los desgraciados son así?
Graciliano Ramos (1892-1953)
Very interesting, and the comparison to the great Rulfo makes me doubly curious. There's a Portuguese edition, I'll see about finding it.
ResponderBorrarI prefer Rulfo, of course, but there's no shame in being mentioned alongside him whatever the circumstances. Ramos' book is very powerful in its own quiet way, though, which is kind of odd because it sometimes feels like it's being told as a children's story or something. It has a unique vibe.
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