El gaucho insufrible (Anagrama, 2009)
por Roberto Bolaño
España, 2003
Ya que siempre había imaginado que
El gaucho insufrible figuraba entre las obras menores de Bolaño por alguna razón, vaya sorpresa descubrir que esta recopilación de cinco cuentos y dos ensayos ofrezca dos de las mejores obras cortas del chileno. El cuento titular, por ejemplo, es un homenaje ruidoso a
El Sur de Borges que cuenta la historia de un abogado bonaerense que trata de escaparse de la caída económica de Argentina en los años de 2001 y 2002 por refugiarse en un lejano lugar en la pampa. Una vez instalado en el campo, de modo divertido el abogado Pereda se convierte en "el gaucho insufrible" en una tierra donde "ya no quedan caballos...sólo conejos" (27). A pesar del escenario principalmente rural, el sentido de humor malicioso es puro Bolaño: "Es difícil, decía, no ser feliz en Buenos Aires, que es la mezcla perfecta de París y Berlín, aunque si uno aguza la vista, más bien es la mezcla perfecta de Lyon y Praga" (17). Para mí, la otra joya obvia es el ensayo
Los mitos de Cthulhu, una polémica sobre la literatura latinoamericana contemporanea en la cual Bolaño grita contra las supuestas virtudes de "la legibilidad" y "la respetabilidad". El ejemplo que sigue es típico de la retórica corrosiva y desenfrenada: "Latinoamérica fue el manicomio de Europa así como Estados Unidos fue su fábrica. La fábrica está ahora en poder de los capataces y locos huidos son su mano de obra. El manicomio, desde hace más de sesenta años, se está quemando en su propio aceite, en su propia grasa" (168). Entre las otras obras, las que más me gustaron fueron el cuento "El policía de las ratas", un
noir con roedores supuestamente basado en
Josefina la cantora o el pueblo de los ratones de Kafka, y el ensayo autobiográfico
Literatura + enfermedad = enfermedad, que me dieron risas + crítica literaria + trauma en las dosis esperadas. (
http://www.anagrama-ed.es/)
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Since I'd for some reason long harbored the sneaking suspicion that
El gaucho insufrible [
The Insufferable Gaucho] probably figured among Bolaño's lesser works, what a nice surprise it was to discover that this slender collection of five short stories and two essays contains at least two of the Chilean's best short pieces. Take the title tale, for example, a riotous homage to
Borges' "El Sur" which presents us with the story of a Buenos Aires lawyer who tries to escape from Argentina's 2001-2002 economic collapse by fleeing to a remote outpost in the pampas. Once installed in the country, the city slicker Pereda undergoes a super amusing transformation into "the insufferable gaucho" in a land where only rabbits and no horses now remain. Despite the mostly rural setting, the mischievous sense of humor is pure Bolaño: "Es difícil, decía, no ser feliz en Buenos Aires, que es la mezcla perfecta de París y Berlín, aunque si uno aguza la vista, más bien es la mezcla perfecta de Lyon y Praga" ["It's difficult, he used to say, not to be happy in Buenos Aires, which is like the perfect combination of Paris and Berlin--although if one looks more carefully, it's more like the perfect combination of Lyons and Prague"] (17). For me, the other obvious standout is the essay "Los mitos de Cthulhu" ["The Myths of Cthulhu"], a screed on contemporary Latin American literature in which Bolaño rails against the twin nemeses of "legibility" and "respectability" for providing exactly what we
don't need from our literature. The example that follows is typical of the corrosive, no holds barred rhetoric: "Latinoamérica fue el manicomio de Europa así como Estados Unidos fue su fábrica. La fábrica está ahora en poder de los capataces y locos huidos son su mano de obra. El manicomio, desde hace más de sesenta años, se está quemando en su propio aceite, en su propia grasa" ["Latin America was the insane asylum of Europe just as the United States was its factory. The factory is now in the hands of the foremen and fugitive madmen supply the labor. The insane asylum, for more than 60 years now, is burning in its own oil, in its own fat"] (168). Among the other pieces, I most enjoyed the short story "El policía de las ratas" ["Police Rat"], a rodent
noir supposedly modeled on Kafka's "Josephine the Singer, or the Mouse Folk," and the autobiographical essay "Literatura + enfermedad = enfermedad" ["Literature + Illness = Illness"], which delivered laughter + literary criticism + trauma in the expected dosages.
Roberto Bolaño, el superhéroe
¿Qué pueden hacer Sergio Pitol, Fernando Vallejo y Ricardo Piglia contra la avalancha de glamour? Poca cosa. Literatura. Pero la literatura no vale nada si no va acompañada de algo más refulgente que el mero acto de sobrevivir. La literatura, sobre todo en Latinoamérica, y sospecho que también en España, es éxito, éxito social claro, es decir es grandes tirajes, traducciones a más de treinta idiomas (yo puedo nombrar veinte idiomas, pero a partir del idioma número 25 empiezo a tener problemas, no porque crea que el idioma número 26 no existe sino porque me cuesta imaginar una industria editorial y unos lectores birmanos temblando de emoción con los avatares mágico-realistas de Eva Luna), casa en Nueva York o Los Ángeles, cenas con grandes magnitarios (para que así descubramos que Bill Clinton puede recitar de memoria párrafos enteros de Huckleberry Finn con la misma soltura con que el presidente Aznar lee a Cernuda), portadas en Newsweek y anticipos millionarios (171-172).
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What can Sergio Pitol, Fernando Vallejo and Ricardo Piglia do against the onslaught of glamor? Hardly anything. Literature. But literature's not worth anything if it's not accompanied by something more refulgent than the mere act of surviving. Literature, above all in Latin America but I suspect in Spain as well, is success, social success of course--which is to say big publishing runs, translations in more than thirty languages (I can name twenty languages, but beginning with #25 I begin to have problems--not because I think that #26 doesn't exist but because it's difficult for me to imagine a publishing industry and a few Burmese readers trembling with emotion at the magical realist transformations of Eva Luna), a house in New York or Los Angeles, dinners with business magnates (so that we can thereby learn that Bill Clinton can recite entire paragraphs of Huckleberry Finn by heart with the same ease that Aznar reads Cernuda), Newsweek covers and million-dollar advances (171-172).