Der Letzte Mann (2006 DVD)
Dirigida por F.W. Murnau
Alemania, 1924
Silente con un intertítulo en inglés
Dos años después del éxito de Nosferatu en 1922, F.W. Murnau triunfó de nuevo con otra película mucho más introspectiva. El último hombre (o La última risa como se llama en inglés gracias a un traductor poco escrupuloso) tiene que ver con lo que sucede cuando un portero, envejecido y débil, pierde su empleo al hotel de lujo dónde ha trabajado por años. Otros traumas siguen este primer asunto desmoralizador en la vida del anciano (protagonizado por Emil Jannings con convicción), nos proporcionando un retrato sobre la pobreza y la vejez que me parece una especie de antepasado cinemático del gran Umberto D. (1952) de Vittorio de Sica. A diferencia del clásico neorealista all'italiano, el alemán Murnau libremente mezcla toques naturalistas y expresionistas en el momento de enfrentar esta situación. La historia se narra con un único intertítulo, una proeza excepcional que llama la atención a la poesía visual del cineasta y de su cinematógrafo Karl Freund. En una escena, se usa el trucaje para distorsionar las caras de los vecinos cuando se burlan del portero luego de su "caída". En otra, las casas de vecindad del barrio parecen hundirse al frente de la figura solitaria del hombre avergonzado. Aunque el "guión" de Carl Meyer hace hincapié en los vínculos entre el dinero y el prestigio social de manera sorprendente para aquel entonces, irónicamente mi única queja hoy es que el inesperado final felíz parece representar una forma de capitulación artística al nivel argumental. Sea lo que sea, esta obra queda un buenísimo ejemplo del splendor de otrora que se pueden encontrar entre los nitratos de plata. ¡Un filmazo! (http://www.kino.com/)
“El brujo” de Álvaro Bisama
Hace 3 horas.
Me gustaría añadir que la escena final fue impuesta pro la productora, que no concebía como un final tan trágico podría conquistar al público.
ResponderBorrarmandaron a Murnau hacer un Happy End, algo que iba completamente en contra de toda la narración, por lo que el maestro alemán dijo..."si queríais happy end, tomad happy end" y nos asombra con un final tan irreal e irónico que sólo puedes quitarte el sombrero y decir. QUÉ GRANDE ERA USTED, SEÑOR MURNAU! O sea que de capitulación nada, un acto de rebeldía más bien.
saludos
sergi
¡Hola Sergi! Perdona la demora en responderte, y gracias por tu comentario sobre este viejo post mío. No sabía la historia del "happy ending" impuesto por la productora, pero eso explica la descontinuidad entre el sentimiento de la escena final y lo demás de la película. DE todos modos, ¡que viva Murnau! ¡Saludos!
ResponderBorrar